A diario nos enfrentamos a distintas situaciones, muchas de ellas no se salen de lo cotidiano, pero a veces ocurren eventualidades que se podrían definir como una emergencia de salud. Ya sea un accidente de tránsito, una asfixia o atragantamiento al comer, una mordedura de animal, una caída de las escaleras, etc., la lista suma y sigue. Ante estos desafortunados escenarios es bueno tener conocimientos de primeros auxilios, tanto los adultos como los menores de edad. En este artículo abordamos cuatro elementos claves que hay que tener y enseñar sobre primeros auxilios a un menor de edad.
Las emergencias de salud pueden ocurrir en cualquier momento, ya sea en el hogar o en el colegio, centro comercial u otros, y la primera asistencia que recibe una persona es clave para salvar su vida. Es por esto que los niños y niñas pequeños deben poseer conocimientos de primeros auxilios, porque pueden ser ellos los que salven la vida de su madre, padre, abuelo u otro adulto.
El conocimiento que se le entregue al menor debe ser acorde a la edad que este tenga, pero mientras más temprano lo sepa o mientras más temprano se familiarice con los conceptos relacionados a la salud, será mucho mejor.
Algunos centros educacionales imparten clases de primeros auxilios a los distintos niveles, porque saben lo útil que es este conocimiento, pero muchos otros no. En el caso de que la escuela o centro de educación no dé este tipo de clases, siempre existe la opción de encontrar algún curso de manera independiente.
Con el conocimiento adecuado, los niños pueden ser capaces de identificar una asfixia, una pérdida de conocimiento, una baja de azúcar, una para cardíaca, entre otras cosas, o tan solo con conocer los números de emergencias de su respectivo país puede ser más que suficiente para salvar la vida de una persona.
A continuación se mencionan algunos elementos y conocimientos esenciales que se le debe enseñar a niños, niñas y adolescentes.
Este implemento debe estar en una parte de fácil acceso y todas las personas que están en un lugar deben estar en conocimiento de donde se guarda (por ejemplo en una sala de clases todos los estudiantes deben saber dónde está, o en una casa todos los integrantes de la familia deben estar en conocimiento de ello). Algunos de los elementos que debe incluir un botiquín de primeros auxilios son:
Lista de teléfonos de emergencia
Alcohol gel
Suero fisiológico
Gasa
Vendas adhesivas de distintos tamaños
Toallas desinfectantes
Paños limpios
Medicamentos de venta libre
Termómetro
Bolsa de frío instantáneo
El botiquín se debe revisar cada cierto tiempo para botar aquellas cosas que ya caducaron y para reponer aquellas cosas que se hayan utilizado en alguna situación de emergencia pasada.
Cuando ocurre una emergencia de salud es normal sentir nervios o ansiedad, pero lo importante es actuar rápido y correctamente. En el caso de los niños, es muy útil enseñarles los números de teléfonos de emergencias de su respectivo país: el número de servicio de urgencias de salud, el número de bomberos y el número de carabineros.
Saber dar las indicaciones de lo que pasa al personal de urgencia es otro factor importante. Para esto el o la menor de edad debe saber identificar algunos de los síntomas que presenta una persona que, por ejemplo, ha perdido el conocimiento (identificar el pulso, la respiración, el color de la piel, los ojos, etc.), y lograr comunicar eso a través del teléfono.
Lo primero que hay que identificar frente a un desmayo es si la persona tiene pulso y respiración, por lo tanto, enseñarle a los niños a tomar esos signos vitales es básico. Una vez identificado los signos vitales (ya sea su ausencia o presencia) las formas de proceder son distintas.
En el caso de tener pulso y respiración el desmayo puede haber sido por una baja de azúcar, una disminución de presión, una epilepsia u otras patologías. Por ejemplo, en el caso de que el menor se encuentre solo con su abuela que padece de diabetes, el niño debe saber dónde se encuentran sus medicamentos o estar en conocimiento de que eso es algo que eventualmente le puede pasar a su abuela.
Por otro lado, en el caso de que la persona que se desmayó no tenga pulso ni respiración entonces el niño debe reconocer que esa es una situación crítica. En este caso el menor debe saber que es necesario llamar inmediatamente a urgencias y hacer RCP para que el corazón se restablezca. En este caso existen varios escenarios:
Donde el menor de edad sea muy pequeño y no tenga la fuerza necesaria para aplicar RCP.
Donde el menor tenga la suficiente fuerza para poder aplicar un RCP con éxito.
En cualquiera de los casos es conveniente que el menor de edad esté en conocimiento de la técnica y de cómo se aplica y para qué sirve.
También se puede enseñar sobre el uso de un desfibrilador externo automático (DEA), especialmente en el caso de accidentes de este tipo en un lugar público, el menor sepa que cuenta con esa herramienta. Las ventajas del DEA es que es de fácil uso, pero se requiere cierto conocimiento para aplicarlo de manera correcta (como por ejemplo no tocar al paciente cuando el DEA lo esté examinando).
En el caso de atragantamiento u obstrucción de vías respiratorias, la maniobra de Heimlich será la clave para salvar la vida de la persona. Esta consiste en aplicar cierta fuerza o presión en la boca del estómago del paciente para ayudar a expulsar el elemento que está obstruyendo las vías respiratorias.
El cómo se aplica la maniobra varía dependiendo de la edad del paciente, en bebés y niños se aplica de manera diferente. Lo importante es enseñarle al menor de edad a identificar cuando una persona está sufriendo de atragantamiento y que tenga en conocimiento la existencia de esta maniobra.
Finalmente, tanto adultos como niños deberían tener conocimientos de primeros auxilios, nunca se sabe cuándo será necesario usarlo y siempre será información útil para todos.