Cuando alguien sufre un paro cardíaco repentino (SCA) fuera del hospital, hay una cadena de eventos que pueden aumentar sus posibilidades de supervivencia. Esto se conoce como el concepto de la cadena de supervivencia, un término acuñado por primera vez por la American Heart Association en 1991 en el documento “Mejora de la sobre vivencia a partir del paro cardíaco súbito: el concepto de la cadena de sobrevivencia”. En este estudio, también se expone la idea de que las comunidades deberían poder adoptar el principio de desfibrilación temprana, y que los responsables de aplicar RCP básica, deberían estar equipados con un desfibrilador externo automático y recibir la capacitación necesaria para saber utilizarlo en casos de emergencia.
Ahora bien, definamos entonces de qué se trata la cadena de supervivencia. Básicamente, está compuesta por cuatro pasos fundamentales, los primeros tres pasos de la cadena pueden ser realizados por miembros del público que practican habilidades básicas para salvar vidas. El paso final debe ser realizado por paramédicos. Si todo se lleva a cabo en rápida sucesión, puede aumentar la probabilidad de supervivencia de una persona que esté sufriendo un paro cardíaco repentino. Veamos cada uno de los pasos.
El primer eslabón de la cadena es el acceso temprano y el reconocimiento. Esto significa que una persona debe ser capaz de reconocer los signos de un paro cardíaco repentino y obtener ayuda inmediatamente con el personal de rescate. A menudo, no hay síntomas antes de que ocurra un paro cardíaco, sin embargo, si alguien sufre un paro cardíaco repentino, tendrá un carácter poco receptivo y tendrá dificultades para respirar. Cuando alguien esté sufriendo un paro cardíaco repentino, lo mejor que hay que hacer es llamar de inmediato al 131 y comenzar la RCP.
El segundo paso en la cadena de supervivencia es la RCP temprana. Esto implica realizar compresiones torácicas para sostener las vías respiratorias, la respiración y la circulación de una persona hasta que llegue un desfibrilador. Debido a que la RCP temprana es vital en la cadena de supervivencia se vuelve importante tener personal capacitado en reanimación dentro de los lugares de trabajo.
El tercer paso es la desfibrilación temprana. En este punto, se utiliza un desfibrilador para electrocutar el corazón y devolverlo a su ritmo normal. Es importante saber que por cada minuto que transcurre sin desfibrilación, la probabilidad de supervivencia del individuo disminuye en un 10%. Por eso, instalar un desfibrilador en un lugar de trabajo o espacio comunitario es la mejor manera de asegurarse de tener un desfibrilador cerca. Además de que por ley, ciertos espacios públicos deben contar con un desfibrilador externo automático.
El último paso de la cadena es la atención avanzada temprana. Esto se relaciona con tener una respuesta rápida de los paramédicos que pueden realizar procedimientos más avanzados para salvar vidas. Para tener la mejor oportunidad de sobrevivir, el soporte vital avanzado debe llegar dentro de los primeros ocho minutos del paro cardíaco repentino.
Así es como la cadena de supervivencia se vuelve vital en la vida de una persona que está sufriendo de un paro cardiaco. Por otro lado, se ve la necesidad de tener conocimiento de reanimación y contar con las herramientas oportunas, como un desfibrilador externo automático, en lugares público y privados donde a diario frecuentan personas.