Sin duda el agua es un elemento clave y fundamental para la naturaleza, para los animales y para los seres humanos. Más del 50% del peso corporal de una persona es agua y muchos de los órganos de nuestro cuerpo necesitan de este elemento para funcionar.
Debido a lo esencial que es este líquido, han surgido muchas dudas y preguntas en torno a qué tipo de agua es mejor para beber y cuántos litros de agua se deben tomar al día. En este artículo respondemos una pregunta relacionada a la vitalidad del agua: qué es el agua purificada y para qué sirve realizar este sistema de filtración en el agua que bebes.
El agua es muy importante para el funcionamiento de todo ser vivo, desde plantas, animales hasta los seres humanos. Cuando se habla de la relevancia del agua surge una pregunta muy común en las personas: cuánta agua se debe tomar. Existen algunas personas que dicen que una persona adulta debe tomar 8 vasos de agua al día, pero ¿de qué tamaño debe ser el vaso?, otros dicen que la cantidad de agua debe ser en relación al peso corporal de la persona, pero ¿será esto tan relevante?
La respuesta más certera para esta pregunta es: hay que beber agua cuando se tenga sed, ya que la sed es una clara evidencia de que el cuerpo está en deshidratación. Otra respuesta óptima en relación a cuánta agua hay que tomar es: hay que mantenerse hidratado durante el día, para evitar la deshidratación (sensación de sed).
Es difícil llegar a un consenso de la cantidad exacta de agua que se necesita, porque esto dependerá mucho del ritmo de vida, si realiza o no deporte, si vive en un lugar de mucho calor o frío, etc.
Ahora bien ¿qué agua beber? Existen muchos tipos de agua, dependiendo de la fuente de donde se obtiene, del tratamiento que se le haga, de la cantidad de minerales que tenga, etc.
Los tipos de agua más conocidos son:
Agua potable
Agua salada
Agua dulce
Agua mineral
Agua dura
Agua blanda
Agua alcalina
Si vives en la ciudad es muy probable que al abrir la llave del grifo el agua sea potable, es decir, un agua que ha sido tratada bajo un sistema de filtración para convertirla en agua apta para beber por las personas.
Sin embargo, no en todas partes el agua es potable. Muchas veces hay que recurrir a otros métodos para lograr que el agua sea bebible. Por ejemplo, optar por agua embotellada, hervir el agua, o comprar filtradores y purificadores que sean capaces de eliminar bacterias o gérmenes que puedan contener esa agua.
Los sistemas de filtración también son útiles cuando el agua en un lugar es potable, pero es un agua muy dura, es decir, tiene un gran cantidad de calcio y magnesio en su composición. Esto se da en lugares montañosos, por ejemplo en el caso de Chile en el sector norte y centro del país, no así en las zonas sur y austral.
¿Encuentras que el sabor u olor del agua del grifo es muy mala o hay un exceso de acumulación de sarro en los electrodomésticos? Quizás la purificación del agua puede ser una buena alternativa.
Según la organización mundial de la salud (OMS) el agua dura no tiene efecto ni positivo ni negativos a la salud de las personas, más bien los efectos están relacionados al sabor, disolución de detergentes al momento de lavar y a la acumulación de sarro en los distintos electrodomésticos, ollas, tuberías, etc.
En algunas partes el agua tiene una cantidad de minerales muy alta, por lo tanto aunque sea bebible, su sabor no es agradable. Acompañado de esto, los hervidores de agua, las teteras, ollas, termos, calderas, entre otros, se estropean muy rápido por el sarro. La aparición de sarro en electrodomésticos y cañerías tiene que ver con la dureza del agua. Debido a esto las personas optan por adquirir agua embotellada u otros sistemas de filtración.
La purificación del agua consiste en un proceso de filtración al cual se somete el agua potable, para eliminar de ella excesos de microorganismos, residuos, minerales, entre otros, que hacen que el agua tenga un mal sabor o un olor desagradable. La purificación lleva al agua a un estado más blando y más puro.
Algunos de los métodos más utilizados para purificar el agua son:
Hervir el agua.
Utilizar filtro de agua directamente en el grifo.
Utilizar jarras que contengan algún tipo de filtro.
Sistema de filtro mediante luz UV.
Dispensador de agua conectado a la red de agua potable.
Sea cual sea el método que se utilice, lo importante es que se adapte a las necesidades de cada contexto. Una botella con un filtro de carbón activado es útil para una sola persona, pero un dispensador de agua será útil para una oficina, colegio, hospital, etc., donde circulen más personas.
Ahora ya sabes la importancia de purificar el agua para darle un mejor sabor y para evitar la acumulación de sarro.